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“El modelo ganadero con mejor margen es la recría intensiva”

Según Federico Santangelo, director de Agroideas, esta actividad arroja un margen bruto de hasta $9.600 por hectárea al año y una rentabilidad neta anual -sobre suelo arrendado- en torno al 13%.
Motivar | Facundo Sonatti
Por Facundo Sonatti 1 de marzo de 2017 - 00:25
Clave. “Incrementar la eficiencia productiva y, por ende, los volúmenes.” Clave. “Incrementar la eficiencia productiva y, por ende, los volúmenes.”

La producción ganadera es una de las industrias más representativas de la economía argentina. Solo la actividad primaria factura más de US$ 7.000 millones cada 12 meses; es decir, el equivalente a lo que recaudó el Estado en concepto de los derechos de exportación en soja, cada año, durante la última década.
Sin embargo, los índices productivos se mantienen estancos desde hace al menos 25 años, con niveles nacionales de preñez y destete que no pueden romper el tantas veces mencionado techo del 60%.
Tal como se destaca en la editorial de esta publicación y en el marco de su 15º Aniversario, MOTIVAR se ha planteado este año el desafío de reunir el testimonio de referentes y expertos en las actividades más destacadas de la producción animal nacional. Y es en ese sentido, que compartimos una interesante charla con el asesor veterinario y consultor Federico Santangelo, director de Agroideas, quien analizó pasado, presente y futuro de la ganadería nacional.

MOTIVAR: ¿Cuál es hoy la foto de la ganadería argentina?
Federico Santangelo: El sector sigue con la problemática que se originó entre 2008 y 2009 cuando se liquidaron 12 millones de cabezas.
Hasta ahora, apenas se recuperó entre un 40% y un 50% de ese stock. Eso te habla de una escasez en la oferta de carne que llevará muchos años más en recuperarse.

M: ¿Qué alternativas existen para avanzar en esta recuperación?
FS: En aquel momento generamos un modelo de simulación que trazaba la recuperación en un período de 10 años y medianamente se viene cumpliendo, aunque claro que en esos tiempos Argentina producía 3,3 millones de toneladas de carne al año y ahora estamos en los 2,7 millones. Es decir, nos están faltando al menos 500.000 toneladas que, por lo pronto, son las que no se exportan.
La suma de la escasez de oferta de hacienda (terneros y novillos), de faena y, por ende, la falta de carne, explican que los precios hayan subido.
A su vez, el sector sigue haciendo las cosas mal en términos de producción y el 60% de destete ya es una cifra histórica que parece imposible de rebatir.

M: ¿Considera realmente que es imposible mejorar ese índice?
FS: La solución a esta problemática está en incrementar la eficiencia productiva y, por ende, los volúmenes. Para romper esos límites sin dudas se debe trabajar en los cuatro pilares de una buena producción: manejo, nutrición, sanidad y genética.

M: Pero eso tiene un costo, ¿es viable que los productores inviertan en esos aspectos para incrementar los volúmenes actuales?
FS: A la hora de invertir, dentro de estos cuatro pilares, hay dos con mayor demanda de capital: nutrición (implantación de pasturas) y la genética. En cambio, si el productor pretende mejorar la producción con baja inversión tiene que pensar en un buen manejo y atender la sanidad del rodeo.

M: ¿Por qué no se invierte más si está probado que el retorno puede ser mucho mayor al mejorar aspectos como la sanidad?
FS: No sé si es cultural o dónde está la falla. El criador es un eslabón clave si se quiere mejorar la eficiencia productiva y la tecnología está disponible.
Quizás como veterinarios no sabemos comunicar la correcta implementación de un modelo sanitario sustentable; nos detenemos en su costo y no el beneficio.
Sin embargo, hoy vemos un contexto benévolo para el sector agropecuario con una agricultura rentable y una ganadería que también lo es. Lejos de la amplia brecha entre los márgenes que ambas actividades manifestaban en la última crisis de 2008 – 2009, actualmente la posibilidad de diversificar el riesgo es una opción viable y eso de algún modo, junto a un cambio generacional en las empresas agropecuarias, abre la posibilidad de incrementar la producción cárnica argentina.

“La posibilidad de diversificar el riesgo entre la agricultura y la ganadería es una opción viable y eso de algún modo, junto a un cambio generacional, abre la posibilidad de incrementar la producción cárnica argentina”.

M: ¿Cuál es el modelo más sustentable para invertir en ganadería?
FS: Hoy el modelo ganadero con mejor margen es la recría intensiva.
Incentivamos a los criadores a avanzar algo más en la cadena, implantando pasturas o verdeos para tener hasta cinco terneros por hectárea. El objetivo es sumarles 120 kilos adicionales a los animales, en un período de seis a ocho meses a pasto y -en lugar de sacar al ternero de destete de 180 kilos- llévalo a los 280 o 300 kilos. Para ello será necesario no perder de vista la sanidad y el manejo de la hacienda. Este modelo está probado y arroja un margen bruto anual de $9.600 por hectárea. Si la actividad se realiza sobre suelos arrendados, la rentabilidad neta anual puede superar el 13% en dólares.
De este modo, el modelo se presenta como una manera de diversificar el riesgo y optimizar el uso de la explotación, haciendo agricultura y ganadería, sin resignar márgenes.

M: ¿Qué pasa con los márgenes en el resto de los eslabones?
FS: Hoy los márgenes en cría se están acotando porque el precio del ternero subió muchísimo a fines de 2015 (hasta un 50%) pero luego se estancó; a tal punto que tenemos precios relativos incluso por debajo a los de hace un año.
Aún no se puede decir que es un escenario malo, pero los costos van ganando terreno. En un modelo con buena eficiencia productiva (un nivel de destete del 84%, sobre suelo arrendado) el margen neto por hectárea ronda los $600 anuales.
En el caso de los feedlots, los márgenes son muy justos y, desde hace un año, cuando el precio del maíz subió, la situación se tornó aún más complicada.

M: ¿Es negocio ser productor ganadero?
FS: Debemos tener en cuenta que el productor no puede interferir en materia de precios: sus ingresos se miden en “Precio xCantidad”, es Microeconomía.
Por eso, más allá de que el ganadero haga todo muy bien y su vecino, todo mal, cuando salgan a vender su ternero ambos van a cobrar $35 el kilo.
Esto nos quiere decir que debemos trabajar sobre la cantidad. ¿Cómo?
Tranqueras adentro y en un campo de cría eso lo explica el porcentaje de preñez, los destetes y carga de animal por hectárea. En la medida que un productor no trabaje bien (con un nivel de destete inferior al 80%) dependerá de buenos preciospara tapar las ineficiencias: será rentable porque su mercadería vale mucho.
En cambio, cuando los precios no son los mejores, como ahora, empieza a mirar más los gastos. Mientras que cuando los precios son decididamente malos, solo el productor eficiente sobrevive. ¿El resto? Se funde. Así fue como desaparecieron 12 millones de cabezas y, con ellas, muchos establecimientos.

“En la medida que el productor no trabaje bien (con niveles de destete inferiores al 80%) dependerá solo de buenos precios para tapar las ineficiencias”.

M: ¿Es un incentivo real el recuperar mercados de exportación?
FS: En la práctica, las exportaciones no despegan y entre las razones de por qué esto ocurre se suman un mercado interno que paga más y la falta novillos. A su vez, con un dólar atrasado y costos en alza, la industria frigorífica no está pasando un buen momento. A todo esto se suma la competencia desleal por parte de las cooperativas de trabajo que no pagan cargas salariales y aquellas plantas fuera de la supervisión del Senasa.
Todo esto nos saca competitividad.

M: Pero si se recupera el comercio internacional, ¿subirá la producción?
FS: En el hipotético caso que se recuperen las exportaciones, el volumen total de producción crecerá poco, y solo a costa de la oferta interna.
Este año vemos precios planchados, después de un 2016 de estabilidad tras el fuerte aumento de 2015. China en el mercado externo es un jugador demandante, el mundo compra carne, pero no tenemos la categoría de exportación disponible, que es el novillo y estamos caros en dólares. Suena demasiado optimista pensar que este año vamos a exportar 300.000 toneladas.

M: ¿Cuáles son las expectativas?
FS: A mediano plazo, dependerá de cómo el productor reaccione: hoy crece vía retención de vientres y no a través del incremento de su eficiencia productiva.
Si sobre 100 vacas, 20 se descartan cada año y, a su vez, con un destete del 60%, la mitad de los terneros son hembras, al menos 20 deben reponer a las vacas descartadas.
Cuando se da retención de vientres el número se eleva a 23 o 24 hembras, resignando cabezas enviadas a faena. Sin embargo, nadie piensa en el destete, si fuese del 80% la producción de hembras sería de 40 por cada 100 vacas y la posibilidad de incrementar el rodeo se multiplicaría más rápido.

M: ¿Sigue la retención de hembras?
FS: Si, aún estamos en un proceso de retención, que comenzó hace dos años.
La faena de hembras se mantiene por debajo del 43% del total y eso significa inversión por parte del productor; cuando supera el 46% estamos ante liquidación de vientres, por lo tanto un ratio entre 44 y 45% denota estabilidad.
Nunca en los últimos 20 años hubo tres años de retención.Sin embargo, en este 2017 el ánimo se aplacó levementedespués de la fuerte expectativa inicial que despertó el nuevo Gobierno en el sector.

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