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¿HACIA DÓNDE VA LA LECHERÍA MODERNA? ¿Y LOS VETERINARIOS?

“Deberemos trabajar más con inteligencia artificial y menos con hormonas”

Dialogamos con Giovanni Gnemmi, referente internacional que analiza los cambios en las tendencias globales ligadas al manejo reproductivo de la vaca lechera. Además, repasa los principales desafíos para la profesión.
Motivar | Luciano Aba
Por Luciano Aba 1 de junio de 2021 - 00:29
Gnemmi. “Las vacas son las únicas que saben perfectamente lo que deben hacer. Todo lo que las rodea es lo que necesita ayuda”.

@aba_luciano
[email protected]

La pandemia nos representó un gran impacto. Muy duro al comienzo, cuando en marzo de 2020 prácticamente desapareció todo nuestro trabajo vinculado a la consultoría de establecimientos y capacitación”.
Así de contundente fue el médico veterinario italiano y referente en el manejo reproductivo de rodeos lecheros, Giovanni Gnemmi, en contacto directo con MOTIVAR.
Si bien los interesados en ver el video con la entrevista completa podrán acceder a la misma desde el Canal www.youtube.com/pmotivar o bien escaneando con el celular el Código QR que figura en la firma de este artículo, aquí repasamos lo más destacado de nuestro encuentro virtual.
“Hemos buscado siempre la parte positiva de la pandemia, seleccionando la calidad del trabajo e intentando construir relaciones nuevas con clientes que se han adaptado bien a la formación del personal a la distancia. Pudimos avanzar con pequeños grupos, capacitando y mejorando distintas situaciones en las guacheras, los partos y los distintos programas y manejos reproductivos. Todo a la distancia, recibiendo los datos por medio de distintos tipos de softwares”, puntualizó Giovanni Gnemmi, quien con Cristina Maraboli, lleva adelante Bovinevet (www.bovinevet.com), empresa que ofrece servicios de ultrasonido bovino y gestión de los rodeos lecheros.
Y agregó: “En los últimos 3 meses ya empezamos a movernos bien, con mucho cuidado en los países de Europa; aunque seguimos trabajando a la distancia con nuestros clientes de América Latina, el sudeste asiático y principalmente China, donde asesoramos establecimientos de 50 mil, 70 mil y 120 mil vacas en ordeñe”.
Más allá de esto, el también docente de la Universidad Católica de Valencia, España (país donde reside), destacó que si bien se está acostumbrando a la nueva realidad y los resultados son buenos, el retorno físico a los establecimientos representó un momento emocionante en su vida. “Tanto es así que tengo guardada de recuerdo una foto en la que estoy junto a una vaca después de 5 o 6 meses. Nunca en mis 40 años de trayectoria había estado más de 2 o 3 días sin contacto con los animales”.

MOTIVAR: ¿Qué tendencias nos podés compartir en el manejo de la reproducción en rodeos lecheros?

Giovanni Gnemmi: Una característica común de la lechería moderna es la calidad del trabajo. La gente ha comprendido que, si quiere tener resultados, es necesario manejar bien a las vacas.
Esto significa confort, sanidad, nutrición y el trabajo con las personas. Las vacas son las únicas que saben perfectamente qué hay que hacer. Todo lo que la rodea es lo que necesita de ayuda.
Vemos que la mayoría de los tamberos tienen como objetivo la prevención.
Han entendido que, para sobrevivir en el mercado, no se puede tener vacas enfermas. El costo de hacerlo es muy alto y no se lo pueden permitir.
Se dieron cuenta de la importancia de la inversión y de los aspectos económicos y financieros. Antes solamente se hablaba de vacas, de costos y precio de la leche.
Ahora se empieza a planificar y proyectar el mediano y largo plazo, incluso sobre la base de distintos escenarios posibles. Se están empezando a ver los beneficios de la inversión. La pandemia ha acelerado esto y es algo positivo.
Hay una predisposición totalmente diferente a la del pasado.
En este contexto, tenemos un costo de nutrición que es increíblemente alto en el caso de la soja y el maíz. Todo esto va a crear otra selección del mercado.
Considero que será necesario revisar lo que se ha hecho en los últimos 25 años respecto del mal de la vaca loca. Hoy no tiene sentido no poder utilizar harina de pescado y harina de carne como fuente proteica.

¿Y los desafíos?

El problema no es preñar la vaca, sino mantener la preñez. Hoy nosotros estamos perdiendo entre un 60 y un 70% de las preñeces, en diferentes momentos.

El problema no es preñar la vaca, sino mantener la preñez. Hoy perdemos entre un 60 y un 70% de las preñeces. Lo peor es que nos hemos acostumbrado y hasta nos parece normal que así sea. No lo es y hay que solucionarlo.

Lo peor es que nos hemos acostumbrado y hasta nos parece normal que así sea.
No lo es, sino que debemos solucionarlo. Además, y luego de hacer todos un gran esfuerzo por llegar al momento del parto, es clave mejorar otros indicadores como la cantidad de terneros que vamos perdiendo previo al destete, tanto como el peso de los animales a la primera inseminación y la edad media al primer parto. Será imprescindible definir los planes sanitarios y los criterios de selección a emplear: se pierde menos al eliminar un animal que ya ha sufrido varias enfermedades a los 60 días de nacido, que si lo hacemos a los 30/40 días de la primera lactancia.

¿Cómo ves el nuevo rol de los veterinarios en este contexto?

Soy veterinario de pies a cabeza, pero también muy crítico con mi profesión: si los veterinarios no van cambiando su chip mental están afuera del mercado.
Mantenemos un modelo de negocio que es el mismo de años atrás.
Nos llaman por una vaca enferma, la curamos y cobramos. Estamos convencidos que nuestro negocio es curar las vacas y no es así; ese es nuestro trabajo. El negocio es lograr que nuestros clientes siempre ganen más dinero por medio de una mejor producción. Si esto sucede, podrán invertir y tendrán futuro. Si, en cambio, tiene las vacas enfermas y pierde dinero, no lo tendrán.
Tenemos una oportunidad única si entendemos que no tenemos que vender servicios, sino soluciones.
Nos hemos quedado en vender un tacto, un diagnóstico, etc, pero con eso no solucionamos los problemas de la reproducción, ni de la sanidad de la urbe, ni de la guachera. Cualquier otra profesión nos puede sustituir. Tenemos la oportunidad de ser indispensables, pero tenemos que regresar a ser veterinarios.

¿Cómo es volver a ser veterinario?

Recordando de dónde salimos y poniéndolo en marcha. Volviendo a escuchar y revisar la historia de los animales, generando exámenes clínicos individuales y generales, diagnósticos diferenciales, logrando un pronóstico, estableciendo una terapia. Se debe conocer la materia, la fisiopatología, la bioquímica.
Debemos tener una prospectiva.
Muchas veces nos olvidamos de ser médicos veterinarios. Un ejemplo es cuando vamos aplicando un mismo protocolo de sincronización sin saber para qué o por qué. Como ganadero eso ya se puede descargar desde Internet.
Un medio se ha puesto como fin. Hoy parece que todo el manejo reproductivo está concentrado en el programa de sincronización. Claro que es una herramienta importante, pero hoy se ha puesto como el punto fundamental.
Se necesita un relanzamiento.

¿Ese relanzamiento puede darse en nuestra región con la prohibición del Estradiol, tal como ya sucede en Uruguay?

Cuando fui por primera vez a las Jornadas Taurus en Argentina, hace unos 15 años, dije que el uso de los estrógenos se iba a terminar. En nuestro caso, desde 2006 estamos sin usar benzoato o cipionato, ni progesteronas inyectables.
Lo único que podemos usar es la progesterona en dispositivos intravaginales.
No se puede usar y debemos encontrar la forma de avanzar. Estimo que, en América Latina, productores y veterinarios se adaptarán a esta realidad en no más de 2 años. Nos vamos a acostumbrar también a trabajar sin estrógenos.

¿Es el punto de inicio de una serie de restricciones en este sentido?

El plan de trabajo 2020 – 2025 que generamos desde Bovinevet se plantea el objetivo de usar hormonas (sincronizaciones) solo en animales en anestro (los patológicos). Queremos que el 70 a 80% se inseminen sin tratamientos. Pero no porque tenga un problema con las hormonas, todo lo contrario, sino porque no puedo modificar el mercado.
Si nos piden leche, quesos o carnes sin hormonas, debemos poder hacerlo.
Si quiero hacer un buen manejo reproductivo no puedo tener vacas enfermas en el puerperio. Esto significa trabajar muy bien la seca, la nutrición, la prevención de enfermedades con vacunas y desparasitación; además de manejar bien parto, el post parto y el confort de las personas y los animales.
Si no tengo vacas enfermas, no voy a tener problema en ver las vacas en celo y preñarlas. Si tengo vacas enfermas, no se preñan. Debemos acostumbrarnos más a trabajar con la inteligencia artificial y menos con las hormonas.
Todos deberemos ser muy flexibles en busca de un nuevo equilibrio.

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