El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, acompañado por el INTA, realizó una jornada en el establecimiento “La Dorita” de Pastorino, en Coronel Dorrego, Buenos Aires.
La apertura del evento virtual estuvo a cargo del presidente del IPCVA, Juan José Grigera Naón; Rolando Lugones, propietario del establecimiento y Horacio Berger, del INTA CeRBAS. “La idea es compartir las estrategias y herramientas que usamos en La Dorita para aplicar un sistema ganadero junto con uno agrícola”, abrió Lugones.
Todo comenzó en 1934, gracias al abuelo de Rolando, quien lo definió como un “gran estratega y planificador”. Desde entonces, la familia se dedicó en profundidad al establecimiento, siempre buscando mejorar la productividad, pero también cuidando uno de los recursos más importantes para la producción, que es el suelo. El primer objetivo al que apuntan desde La Dorita es cosechar agua. Esto consiste en juntarla mediante un “pie de pato” -reconocida maquinaria antigua que fue modificada-, cuidarla mediante un cultivo de cobertura y utilizarla.
“La capacidad de reserva en nuestro campo es poca, tan solo 100 mm podemos acumular. Veíamos que los suelos se compactan por la ganadería y fue entonces que decidimos empezamos a usar la sembradora de fina vacía. De allí saltamos al “pie de paso”, que se modificó para escarificar los primeros 7 cm y logramos aumentar la macroporosidad”, detalló. Y siguió: “Estos suelos son franco limosos, tienden a formar una capilaridad que hace que se seque, y sumado al efecto del viento, pierde mucha humedad. Entonces sumamos el cultivo de cobertura para cuidar el agua y luego realizamos mucho doble cultivo…, y las mejores son las C4 -maíz y sorgo-”.
El segundo objetivo en La Dorita es transformar residuos de cosecha en carne.
“Tenemos un rodeo de otoño. Aprovechamos la ventana de la fina y la gruesa para producir terneros. La ventaja es que tenemos terneros en una época distinta, y muy buenos porque todo su ciclo tiene un alto nivel de proteína”, sostuvo Lugones.
Tras sembrar centeno y vicia y luego maíz de segunda, utilizan una alta carga para que el bovino también se coma la maleza.
“Esto nos llevó a bajar los gastos de herbicidas. En el caso de no llegar a altos volúmenes de verdeos, entramos antes a los maíces de segunda. Los terneros se destetan en agosto, pero si la disponibilidad de pasto es importante seguimos hasta octubre – noviembre”, explicó. En el establecimiento también realizan otro modelo productivo.
“Realizamos ganadería con agricultura marginal. La vaca está sobre avena y vicia, donde pare, y a partir del primero de diciembre se destetan los terneros. Tenemos unas 100 Has. de pasturas quebradas y hacemos 100 Has. de sorgo”, agregó.
El último objetivo de La Dorita es mejorar la calidad. “Buscamos eficiencia de conversión, docilidad del animal -ya que con el animal tranquilo se estresan menos, menos rotura de manga y alambrados-, mejorar a largo plazo el área de ojo de bife, y tener presente la inseminación y genómica”, concluyó el ingeniero.