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VISITA A CAMPO EN SALADILLO, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

“No contar con un plan sanitario es negativo y se refleja en el resultado”

Antonio Riccillo y su equipo son los guardianes de una producción que transforma 170.000 toneladas de granos en 30.000 toneladas de carne vacuna y porcina al año. ¿Cuáles son los tres ejes que destacan a futuro?
Motivar | Facundo Sonatti
Por Facundo Sonatti 1 de mayo de 2022 - 00:31
Entre todos. Antonio Riccillo escoltado por Facundo Re (encargado de la granja porcina); el MV César Moyano (responsable de ganadería del feed lot); el MV Agustín Colmenero (asesor externo en producción de cerdos) y Alejandro Arévalo, a cargo de la operación ganadera del Grupo. Entre todos. Antonio Riccillo escoltado por Facundo Re (encargado de la granja porcina); el MV César Moyano (responsable de ganadería del feed lot); el MV Agustín Colmenero (asesor externo en producción de cerdos) y Alejandro Arévalo, a cargo de la operación ganadera del Grupo.

A la altura de El Mangrullo, en el partido de Saladillo, provincia de Buenos Aires, un feedlot que recibe 60.000 cabezas por año y una granja porcina de 2.500 madres le dan forma al Grupo Riccillo, un gigante que transforma granos en carne desde hace 35 años.
Un camino rural de 9 kilómetros en condiciones que distan bastante de las que se pueden considerar óptimas es lo que separa ese clúster productivo que montó Antonio Riccillo de la Ruta Nacional 205, arteria que hace las veces de canal tanto para la recepción de los insumos como el despacho de su producción.
Su dueño se retrasa unos minutos de la hora fijada para la entrevista con MOTIVAR porque casualmente estaba reunido con autoridades locales para resolver el asunto vial.
“Nos prometen una solución desde hace décadas, pero por el momento solo hicimos un mejorado con recursos propios en un tramo corto de la traza”, señala Riccillo escoltado por su equipo de veterinarios como testigos.
MOTIVAR viajó hasta las entrañas de este emprendimiento que, junto a otra granja porcina de 2.500 madres, ubicada en General Alvear, transforma el equivalente a cuatro barcos Panamax de maíz y soja en proteína animal cada año.
Los MV. César Moyano, encargado del feedlot, y Agustín Colmenero, al frente de la granja porcina más antigua de la firma son los guardianes de una producción en torno a las 30.000 toneladas de proteína animal cada año.
En un mano a mano exclusivo con este medio, repasan similitudes y diferencias de los aspectos sanitarios de ambas producciones y adelantan cuáles serán los ejes del futuro.

Industria a cielo abierto

Concentrados. El feedlot recibe 60.000 cabezas al año. Concentrados. El feedlot recibe 60.000 cabezas al año.

En El Mangrullo la zafra de destetes que se da entre febrero y abril motoriza en ingreso de unas 3.000 cabezas de ganado bovino cada semana. La dinámica en la recepción es siempre la misma.
El rol del médico veterinario es garantizar la aplicación del plan sanitario donde dos colaboradores hacen el trabajo en la manga.
“La dinámica consiste en un chequeo general de los animales, los más chicos se van a la recría (180 kilos es lo normal) y el resto, después de una sanidad de ingreso, pasa un día en la recepción con rollo y agua. Además, se suministran antibióticos, vacuna preventiva de neumonía, clostridiales y antiparasitarios, como la ivermectina”, resume Moyano su trabajo.
“En estos sistemas multi origen una tropa enferma puede causar graves problemas y generar un contagio masivo de todos los animales. Debemos estar preparados”, advierte el médico veterinario.
Y agrega un ejemplo: “Los problemas de sarna muchas veces vienen desde el campo y contagian el lote. No solo se busca evitar esas situaciones, sino también garantizar la sanidad general de los animales. Para ello, a los 15 días se repiten las aplicaciones y, en el día a día, nos ocupamos de revisarlos para detectar problemas de forma preventiva”.
Riccillo sostiene que atenerse al plan sanitario es importante porque, de lo contrario, sus consecuencias se reflejan en los resultados de la empresa.
Mientras tanto, la inversión en sanidad puede alcanzar tres puntos de los costos totales.
En ese sentido, Moyano aporta un margen de tolerancia en línea con lo que ocurre en otros feedlots de similares características en la provincia de Buenos Aires.
“El ratio de mortandad debería estar por debajo del 1,5%, el cual se logra con clima seco. Sin embargo, muchas veces en temporadas difíciles de lluvia, las muertes son inevitables y eso eleva el número de cabezas perdidas destrozando el promedio. Asimismo, el confinamiento es la principal herramienta para palear el factor climático, por lo cual sumamos los primeros dos galpones”.

“En sistemas de encierres multi origen debemos evitar el ingreso de una tropa con problemas sanitarios que se puede traducir en un contagio masivo al resto de los animales”. MV César Moyano, encargado del feedlot.

A fines de diciembre de 2019, el Grupo Riccillo habilitó un galpón estabulado de 9.000 metros cuadrados con capacidad para 3.000 animales para mercado interno o 2.000 gordos para exportación. Ahora, ya tiene dos, en los cuales invirtió cerca de un millón de dólares en cada caso para lograr mejores resultados productivos.
Pero sigamos con nuestro recorrido…
Tras la recepción de los animales, los mismos reciben una dieta de recría por dos semanas para luego pasar a una más energética en pos de lograr el engorde en un plazo variable de 90 a 120 días. “La nutrición debe ser balanceada y que todos los componentes estén en su justa medida porque de lo contrario puede generar problemas digestivos como acidosis o aquellos sin comida que, luego, comen de golpe y tienen una indigestión que puede provocar la muerte por asfixia”, advierte Moyano uno de los principales contratiempos.
“En el feedlot la principal causa de muerte es la neumonía, sobre todo durante el invierno. Esto coincide muchas veces con la llegada de animales chicos o sufridos por carencia de pasturas o aquellos de feria con dos o tres días sin dieta, sumado a climas hostiles, como lloviznas y la presencia de barro”, señala el encargado de esta unidad de negocios Y completa: “Lo ideal sería que los animales vengan con minerales o alguna vacuna respiratoria al pie de la madre. Si lo atendiesen bien desde la cría, podríamos reducir los efectos en el feedlot. De hecho, debido a esas carencias, tenemos que hacer dos dosis en el establecimiento para cumplir con la efectividad”.

Las ventajas de un ciclo completo

Atentos. En la granja se busca prevenir el ingreso de enfermedades. Atentos. En la granja se busca prevenir el ingreso de enfermedades.

“El estatus sanitario argentino es envidiable y las granjas de ciclo completo reducen las transferencias entre establecimientos disminuyendo también los riesgos”, dispara Colmenero al definir en dos líneas lo que sucede con la producción porcina local.
Y agrega: “A pesar de que está creciendo la presencia de sistemas integrados, como los popularmente extendidos en Europa, Brasil y los Estados Unidos; en la Argentina el estatus es más estable”.

“El estatus sanitario argentino es envidiable y las granjas de ciclo completo reducen las transferencias entre establecimientos disminuyendo los riesgos”. MV Agustín Colmenero, encargado de la producción porcina.

En cuanto a la producción en las granjas de Riccillo, el médico veterinario señala que, en los últimos cuatro años, “cerramos los planteles e ingresamos solo machos al centro de inseminación de un origen conocido y desarrollamos nuestra propia genética desde bisabuelas, abuelas hasta las madres de cría. Eso estabilizó la salud de forma significativa: al conocer muy bien el perfil de la granja, podemos adelantarnos a los agentes que pueden llegar a aparecer”.
Asimismo, en los últimos años el Grupo Riccillo comenzó a aplicar una política de inmunización sobre madres y cachorras de reposición para maximizar la transferencia vía calostro. “En la pelea por la salud siempre se va perdiendo, porque nunca podés tener una efectivad del 100%”, sentencia Colmenero.

Crecer. La granja de la empresa en Saladillo cuenta con 2.500 madres. Crecer. La granja de la empresa en Saladillo cuenta con 2.500 madres.

Y agrega: “Si bien hacemos una producción porcina que tiene la misma genética, alimentación y ambiente, hay niveles de 120 a 140 kilos de carne por m2, con lo cual la tasa de estrés, agresión entre animales y contagios son muy altos, por eso si un hecho se va de control nos pega fuerte”.
Para Riccillo, no quedan dudas que, si bien todas las producciones intensivas requieren especial atención sanitaria, es en el sector porcino que se torna más trabajoso.
“El mayor problema en las granjas, como en toda producción intensiva, es el respiratorio. Hoy, a partir de todos los avances para lograr altos niveles de rendimiento, superiores al 75% en materia de conversión. Lo que se gana en carne y músculo se pierde a nivel huesos y aparato respiratorio”, advierte el profesional.
Y sigue: “Los estándares de comida mejoraron considerablemente, pero después de los respiratorios los problemas que siguen son los digestivos porque las raciones son cada vez más intensivas en proteínas y energía que tiene sus efectos en todo el aparato”.
El médico veterinario no reduce su atención solo a aspectos meramente sanitarios. Para Riccillo, su rol cobra fuerza también tanto en reproducción como terminación.
En este caso, los costos pueden duplicar a lo que ocurre en el feedlot al saltar del 3 al 6% de los costos totales. “Si la salud no funciona, la producción se torna inviable”, asegura su dueño.

“Si la salud de los animales no está acorde a su potencial, la producción ganadera se torna realmente inviable”. Antonio Riccillo, Grupo Riccillo.

“En la práctica, como veterinarios, estamos tanto para armar como implementar el plan sanitario y atender las urgencias, pero también participamos de la reproducción, gestión del plantel, el centro de inseminación y sus técnicas, en nutrición y estrategias de alimentación; el control de producción y puntos críticos de la granja y capacitación del personal son otras áreas donde hemos ganado terreno”, repasa Colmenero, acompañado del MV Juan Pablo De Titta, encargado en la granja de General Alvear.

Nuevos desafíos

Coincidencia. Bienestar animal, medio ambiente e inocuidad de las carnes son los temas del futuro. Coincidencia. Bienestar animal, medio ambiente e inocuidad de las carnes son los temas del futuro.

“En el futuro inmediato los desafíos en producciones intensivas tanto de cerdos como carne vacuna van a girar sobre tres pilares: bienestar animal, medio ambiente e inocuidad de la carne”, señala Colmenero.
Y agrega: “La gente quiere que los animales vivan bien y estén libres de antibióticos. Para eso hay que tener en cuenta otros puntos, como por ejemplo en el cerdo, la necesidad de crecer en volumen a partir de mejoras en la genética. Asimismo, debemos tener espacios de cuarentena en frontera para evitar poner en riesgo el estatus sanitario nacional”.
Para Riccillo, en ese futuro lo ideal es tener un veterinario involucrado en el trabajo diario de cada producción sobre todo porque los niveles de especialización son muy altos. A su vez, la mirada de otros profesionales en algunos aspectos centrales como la nutrición es clave, al mismo tiempo que las capacitaciones sean constantes.
“En los feedlots la tarea la hace el personal guiado por veterinarios y también la colaboración de profesionales externos tanto de aquellas empresas que hacen los núcleos, como las visitas de los laboratorios”, explica Moyano.
A lo que su jefe advierte: “No siempre tuvimos veterinarios a cargo de todo el proceso. Hoy, la zootecnia es una expertise donde el médico veterinario también está cada vez más involucrado y participa de la mesa de toma de decisiones con una mirada mercantilista, más allá de la repercusión sanitaria que pueda tener cada droga”. (Ver recuadro)
En cuanto a las granjas porcinas, Colmenero señala que es más común que sean veterinarios los encargados de esas unidades de negocios, pero, en cualquier caso, al tener volumen también contamos con acceso a profesionales externos.
“Las empresas externas aportan su “know how” y suelen realizarse también capacitaciones para todo el equipo”, asegura Riccillo. Y admite: “Muchas veces no se citan porque la sobreinformación puede ser contraproducente”.

LA REDUCCIÓN DEL USO DE ANTIBIÓTICOS PLANTEA UN NUEVO PARADIGMA

Antonio Riccillo. El productor recibió a MOTIVAR y dialo- gó sobre distintas tendencias en el manejo de los animales. Antonio Riccillo. El productor recibió a MOTIVAR y dialo- gó sobre distintas tendencias en el manejo de los animales.

“Ante cada lanzamiento que llevan adelante los laboratorios veterinarios se abre la puerta a tener que realizar análisis del costo beneficio en cuanto a su incorporación en el manejo de los animales”, advierten a coro los médicos veterinarios que forman parte del equipo del Grupo Riccillo durante la visita de MOTIVAR a las instalaciones ubicadas en Saladillo, provincia de Buenos Aires.
“En cualquier caso, el punto de equilibrio lo termina poniendo el productor”, agrega Antonio Riccillo, al frente de un grupo que produce alrededor de 30.000 toneladas de proteína animal cada 12 meses.
“Hay un nuevo paradigma que es la reducción del uso de antibióticos y en ese sentido, cada semana recibo media docena de visitas que proponen incluir en la dieta de los cerdos probióticos u hongos. Sin embargo, si bien es cierto que la aplicación en exceso de antibióticos genera resistencia, las nuevas tendencias muchas veces no son efectivas y llevan a un mayor uso. Es decir, logran el efecto contrario al deseado”, asegura el productor.
En el caso del feedlot, en cambio, se utilizan antibióticos tanto como terapia de shock para atender casos puntuales, como también para evitar las neumonías.
“En los corrales los primeros 15 días son los más intensos en materia sanitaria. Nosotros hacemos hotelería y si bien la mayoría envía animales en buen estado, también están aquellos productores que compran por precio antes que calidad”, señala el creador del feedlot.
“En los últimos años la presencia del piojo que deriva en sarna creció, lo que nos lleva a gastar más dinero al aplicar medicamentos tanto internos como externos. Lamentablemente, los criadores conservan una cultura aún en la cual ven a la sanidad como un gasto y no como una inversión y solo piensa en hacer su zafra anual de terneros sin preservar la calidad”, analiza Antonio Riccillo y anticipa a MOTIVAR que ya puso un pie en la actividad de cría para revertir esa tendencia.

 

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