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EL VETERINARIO EN EL CAMPO

Las bostas no hablan, pero ayudan a tomar decisiones

Compartimos a continuación, la nota de opinión de Fernando Grippaldi.
Por Fernando Grippaldi 1 de julio de 2022 - 00:41

Mientras nos vamos organizando, para ver quién ceba esta ronda nueva de mate, les cuento una anécdota, con una simple reflexión.
En una reunión de amigos, donde había dos veterinarios, un contador público y un abogado, con el colega, nos pusimos a comentar sobre las bostas. Lo que “nos dicen” por el simple hecho de verlas, pisarlas… Observarlas.
En un momento digo: “Hoy en el campo, después de la lluvia, cambió el bosteo y me encontré con ¡unas bostas hermosas!”.
A lo que el contador me preguntó: “¿Cómo podés decir que una bosta es hermosa?
Casi siempre se habla de las bostas en feedlot, pero en la cría, al menos en las zonas de escasas precipitaciones y estacionales (primavera-verano), sin ver la vaca, sin ver el campo y con solo ver el bosteo, podemos definir el estado de ambos. Obvio que es mejor ver todas las variables, que es lo que normalmente sucede: vaca, pasto y bostas.
¿Qué vemos?
Tamaño: Definirá cuánto está comiendo ese animal. Condicionado no solo por la cantidad, sino por la calidad. Si hay poco come poco y si está muy seco, también; por llenado del rumen baja la tasa de pasaje por la escasa digestibilidad.
Consistencia: El estado fenológico de la pastura, natural y/o implantada, definirá su forma y consistencia.
En la observación de la recorrida, veremos que hay diferencias en las bostas en un mismo lote. Mejores y peores. Es aquí donde vemos que hay vacas selectivas y otras comen lo primero que ven, según carga animal. Cada una lo manifiesta en el bosteo.
En los campos de grandes extensiones, como los hay en el semiárido -desde donde les escribo- o árido, donde no llueve igual en todo el campo por lo que la respuesta del recurso forrajero no será igual, las bostas nos “cuentan” cómo está tal o cual parte del campo, observando en conjunto, repito, con el estado de la vaca y del pasto en sí.
Además, en el transcurso del año, las bostas también nos marcan las estaciones, con más o menos lluvias, épocas de heladas, etc. Esto determinará la relación fibra / proteína. Mientras más fibra, menor tenor proteico y de solo verla, abrirla al pisarla, podemos aproximar el porcentaje de Proteína Bruta que puede aportar.
Acá debemos tener en cuenta que un pastizal natural en su época óptima de “verde”, oscilará entre un 12 – 15% de Proteína Bruta (PB), mientras que en otoño invierno cae casi hasta la mitad 4,5 – 6,5% de PB, a lo que se le agrega la baja digestibilidad.
La de primavera es la óptima. Redonda, verde, hermosa, marcando el equilibrio justo entre fibra y proteína. Tan linda, que hasta parece que dan ganas de comerla.
Las bostas no hablan, pero dicen mucho.
Y nos ayudan a tomar decisiones que sirven para mejorar el estado de la vaca y por ende los índices reproductivos –preñez, parición y destete-; mayor peso al destete y más peso de la vaca CUT o vacía a descartar.
Si las bostas nos avisan que el año vino complicado (seca), nos ayudan a pensar en el destete precoz, anticipado y también en una suplementación, según sea el caso.

Suplementación

Cuando la calidad de los naturales o implantados de ciclo primavera-verano, según zona, viene bajando, la lignina le gana al verde y baja la digestibilidad. Entonces, la oferta forrajera, sacia pero no nutre.
Ya llegaron las primeras heladas y baja aún más la calidad. ¿Cómo se corrige? Con correctores minerales con Nitrógeno No Proteico (NNP) en base urea, por ejemplo.
Siempre y cuando el agua de bebida lo permita, siendo ésta baja en contenido de sales totales / litro.
Donde con un solo producto, ofrecido ad libitum, es decir sin restricciones, pero sí sabiendo que la vaca, solo si lo necesita, lo consumirá, le ofrecemos minerales y proteína, dando esta última, el aporte de Nitrógeno No Proteico (NNP) que las especies forrajeras han perdido por su ciclo de vida, principalmente en otoño-invierno.
Para esta época, ya es tarde darnos cuenta, en planteos de pastizales naturales, que nos olvidamos de suplementar al rodeo de madres con un corrector mineral proteinizado. La forma y consistencia, de la bosta, hablan por sí solas. La bosta nos dice que un rodeo está en mejor estado corporal, parirá mejor y tendrá un puerperio más corto, con mayor índice de preñez. De esa preñez, mucha será cabeza: en promedio tendremos más terneros y más kilos al destete. ¿Está medido? Si. ¿Está probado? Sí, también.
¿Qué estamos esperando, entonces? Hagamos una cuenta juntos:
Consumo diario ad libitum: 120-140 Gr/Vaca/Día. Pero, el rodeo es grande, son entre 120 y 150 días. Hagamos números hoy:
Un corrector mineral con urea (proteinizado), cuesta: $85,40/kilo.
Si tenemos un consumo máximo de 140 gr/Vaca/Día: $12,0/Vaca/Día.
Considerando que lo vamos a usar hasta rebrote (150 días): $21.600/Vaca.
Que, transformado en kilos de ternero ($380/Kilo), equivale a casi 57 kilos.
Además, es clave tener presente que la suplementación nos dará algunos puntos más de preñez y animales más pesados. No le busquemos la vuelta. ¡Se paga solo!

Lo abordado aquí por el MV Fernando Grippaldi está a disposición a través de charlas presenciales o virtuales, destinadas a productores, técnicos y operarios.

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