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Estudios clínicos y bienestar animal: juntos a la par…

Si el objetivo es predecir el resultado de la interacción de un fármaco, vacuna o alimento con una unidad experimental viva sin interferencias, se deben asegurar criterios claros en favor de los individuos involucrados.
Por Diego Diaz David y Natalia Cardillo* 30 de abril de 2023 - 00:00

Mucha agua ha corrido debajo del puente de los estudios con animales.
Podríamos remontarnos a hitos de la historia mundial, tales como la tristemente célebre perra Laika (no sobrevivió a su viaje orbitando la tierra en el Sputnik II) o al no menos famoso “perro de Pávlov” (el de la salivación estimulada por el sonido). Lo que no suele recogerse en los libros de historia de la ciencia es que Pávlov no trabajó solamente con “el perro” sino que fueron varios.
Sin embargo, además de ser un pionero en el estudio del sistema nervioso y de la psicología experimental, lo fue también en el trato ético a los animales de experimentación.
En una época en la que no había ninguna ley de bienestar animal y cualquier maltrato estaba permitido, él fue pionero en anestesiar a los animales antes de someterlos a cualquier proceso doloroso y en evitar vivisecciones o dolor innecesario.
De hecho, siempre consideró a sus perros parte indispensable de su equipo, y gracias a eso conocemos el nombre de muchos: Mancha, Comadreja, Halcón, Gitano. Hacia el final de sus días, sus alumnos le regalaron a Pávlov un álbum con 40 fotos de sus perros y en 1935 fue erigido un monumento al perro en su centro de investigación. Como dijo el propio Pávlov: “Permítase que el perro, el ayudante y amigo del hombre desde tiempos prehistóricos, se ofrezca así mismo como sacrificio a la ciencia. Pero nuestra dignidad humana nos obliga a garantizar que esto se produzca siempre sin dolor innecesario”.

La discusión

En la actualidad la discusión sobre la necesidad de ensayos en animales es un tema candente que despierta variadas interpretaciones, incluyendo posturas extremas (¡nunca!, ¡siempre!). Desde comienzos de la década del 60 escuchamos hablar del criterio de las 3 R, formulado por dos biólogos ingleses, Russel y Burch, en su libro “The Principle of Humane Experimental Technique”. Estos principios hablan de reemplazar, reducir y refinar.
Las alternativas de reemplazo aluden a métodos que sustituyan el uso de animales por un modelo no animal (ej. modelos informáticos) o bien utilizar animales con una menor percepción del dolor (ej. invertebrados).
Las alternativas de reducción aluden al uso de un número racional de animales, de manera de obtener datos suficientes que den respuesta a la investigación, o bien, la maximización de la información obtenida por animal sin comprometer su bienestar.
Las alternativas de refinamiento aluden a los procedimientos adoptados para minimizar el dolor y la angustia, así como para mejorar el bienestar de los animales.
El reemplazo de animales por técnicas in vitro o especies diferentes a la diana es aplicable a los estudios pre-clínicos, especialmente para medicamentos de uso humano. Sin embargo, en estudios clínicos es indispensable el uso de animales de la misma especie de destino (según especialistas, ello será así por al menos unos 50 años más), no dejando de lado los criterios de reducción y refinamiento, que llevan implícito el concepto de asegurar el bienestar animal.
Los expertos en bienestar animal se basan en cinco criterios o “libertades” que deben asegurarse durante los ensayos: libres de sed, hambre y malnutrición; libres de incomodidades; libres de dolor, traumas y otras enfermedades; libres para expresarse contando con la compañía de otros animales de su especie y suficiente espacio; libres de temor y estrés.

¿Quién debe velar por el bienestar animal en los ensayos clínicos?

Es responsabilidad primordial de los investigadores principales y de sus dirigidos (investigadores secundarios, monitores, personal de campo, etc), quienes deben encontrarse capacitados para evaluar condiciones y comportamientos asociados al bienestar animal. En algunos países, incluso, es posible el acceso a títulos terciarios y de posgrado en bienestar y ética en el manejo de animales.
No menos importante debería ser la preocupación por parte de los patrocinantes y organismos de control estatal.
Adicionalmente, en el ámbito académico y más recientemente en el privado, se incorporó el rol de los Comités Institucionales de Cuidado y Uso de Animales de Laboratorio, Investigación o Experimentación (CICUAL o CICUAE).
Son integrados por un equipo multidisciplinario de científicos, médicos, veterinarios y representantes civiles que evalúan la propuesta del ensayo clínico y deben velar por el trato digno y justificado de los animales, así como asegurar que se ajuste a los reglamentos de buenas prácticas clínicas y a los manuales de procedimiento o protocolos previamente establecidos.
La aprobación previa por estos Comités es considerada un requisito fundamental para cualquier tipo de experimentación con animales en muchos países.

¿Por qué buscar el bienestar animal en ensayos clínicos?

El conocimiento creciente sobre el comportamiento y la fisiología de los animales permite comprender qué factores pueden alterar los parámetros normales. Sin embargo, los investigadores no siempre consideran tales efectos en sus diseños experimentales, impactando negativamente en la reproducibilidad del estudio, en el uso del modelo animal y en la calidad de los resultados.
Si el objetivo de un estudio clínico es predecir el resultado de la interacción de un fármaco, vacuna o alimento con una unidad experimental viva sin interferencias, se debe asegurar que los individuos gocen de las libertades anteriormente descritas. Resulta fácil predecir que un animal mal nutrido no debería ser enrolado en un estudio clínico, pero condiciones menos evidentes como un ambiente empobrecido (alojamientos en donde los animales no pueden desarrollar todo su repertorio conductual y satisfacer sus necesidades comportamentales) también son importantes factores que alteran la fisiología animal. La neurocientífica Marian Diamond, a finales de la década del ‘60 demostró cómo los ambientes pueden afectar la biología de un individuo en experimentos que fueron fundamentales para entender la plasticidad del cerebro: las ratas que se mantuvieron en las condiciones de alojamiento más enriquecidas presentaron cambios significativos a nivel de la corteza cerebral.
Otra situación se presenta en estudios en los cuales es condición sine qua non restringir alguna de esas libertades, como ocurre, por ejemplo, con los estudios de eficacia de antiparasitarios con infestación artificial o aquellos que reproducen sistemas de crianza en confinamiento. Es fundamental en estas situaciones conducir el estudio con la mayor responsabilidad, evitando descuidar otras variables y ser muy criteriosos en la determinación y puesta en práctica de los criterios de exclusión (retiro de un animal del estudio) éticos y humanitarios.

Marco normativo

Los principios rectores internacionales para la investigación biomédica fueron elaborados por la CIOMS y el ICLAS en 1985, y a partir de 2012, se enunciaron consideraciones sobre el uso científico y éticamente justificado de animales vertebrados en actividades científicas y la incorporación de los principios de las 3R en el diseño y la ejecución de actividades que involucren animales.
En Argentina, la Ley Nacional 14.346 de Protección Animal es el único marco normativo vigente desde 1954 y si bien (incluida en el Código Penal), condena actos de crueldad animal, no establece la concepción de los mismos como seres vivientes, sintientes y sujetos de derecho, ni regulaciones sobre prácticas científicas con animales.
Es por ello que la conformación de los CICUAL/E asegura la mirada multidisciplinaria, al incorporar la visión científica, veterinaria y de los ciudadanos comunes en la evaluación de dichas prácticas, que promuevan no solo el bienestar animal, sino también, el uso justificado en el rigor estadístico y la validez de los resultados del estudio.

* Diego Diaz David es Dr. en Ciencias Veterinarias – Natalia Cardillo es Dra. en Parasitología y Salud Pública.

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