La industria del laboratorio veterinario sigue muy de cerca el día a día de lo que ocurre en un Senasa prácticamente intervenido por el Ministerio de Economía. Así de claro es, el organismo que regula el accionar del sector está bajo la lupa desde el inicio del Gobierno de Javier Milei.
Entre temas que se descartaron por completo y viejas disputas que resurgen para el registro de productos veterinarios, fueron quedando en el camino funcionarios “históricos” en momentos que, de mínima, coincidieron con la toma de decisiones controversiales.
¿Un ejemplo? Ni más, ni menos, que la salida del vicepresidente del Senasa, Sergio Roberts, horas antes de que se diera a conocer la obligatoriedad de la trazabilidad electrónica individual para los bovinos a nivel nacional (ver al final de la nota).
¿Regulados?
“Este ha sido un año terrible”, le decían a MOTIVAR recientemente diversos profesionales vinculados directamente con las áreas regulatorias de los laboratorios al referirse a las idas y las venidas en el organismo.
Sin embargo, muchas de sus preocupaciones son similares a las que atañen a la industria en toda la región, con foco principalmente en las empresas locales.
“Avanzan una serie de regulaciones que por su impacto podrían dejar afuera a varios jugadores y pruebas que no sólo son costosas, sino que muchas veces no existen lugares de referencia donde realizarlas”, también nos comentaban quienes asistieron a la última reunión de CAMEVET, en Lima, Perú.
Puertas adentro
Ya desde enero de este año el Senasa y las cámaras de la industria (Caprove y Clamevet) entablaron conversaciones y reuniones para avanzar con la actualización del Marco Regulatorio que, por la Resolución N°1.642 precisamente regula el accionar del sector.
En ese marco y ante tantos cambios, podría parecer que no se han logrado avances en todo este tiempo. Pero eso, al menos en nuestro país, es relativo.
Si bien es cierto que las definiciones hasta el momento son pocas, un tema que preocupaba y mucho principalmente a la industria nacional era la posible estipulación de un período de 10 años para la habilitación de los laboratorios (hoy no existe ninguna caducidad). Esto parecería haber quedado descartado.
De la misma manera, desde las propias compañías se asegura que de algún modo se está avanzando en materia de las renovaciones para los certificados de los productos veterinarios.
Este realmente no es un tema menor; de hecho…, es la piedra fundacional de la tensa relación que une al organismo nacional con las empresas del rubro desde el año 2019.
Lejos de estar resuelta, esta situación que también costó la salida de varios funcionarios se mantiene latente: los registros aceleraron su ritmo, pero aún sobre la misma base normativa.
¿Y la receta electrónica para todos los productos veterinarios?
Este es un tema que parecería también haberse enfriado, al menos hasta que el Senasa defina qué herramienta tecnológica utilizará para ponerla en práctica…
Entre tanto, los antibióticos siguen en el foco de cualquier cambio repentino que incluso pudiera activarse en 2025.
Otro tema que sin mucho protagonismo también está pendiente de definición oficial tiene que ver con la inclusión del concepto de “Fast Truck” (aprobación rápida) para productos veterinarios importados que cumplan con la normativa de su país de origen.
Es decir: menos controles para poder comercializarse a nivel nacional. Así es, entre la desregulación total y la desregulación “controlada” va el Senasa, decidiendo si la normativa avanza sin exigir incluso ningún tipo de reciprocidad para las empresas argentinas que exportan, tal como sucede en Europa, ni al menos el aliciente (como ocurre en Estados Unidos) de referirse esta posibilidad al caso de productos que no existan en nuestro país, para casos de emergencia.
El Senasa se reestructura mientras toda una industria aguarda expectantes sus próximos pasos en materia normativa.
Caravanas electrónicas para todos
A través de la Resolución 71/2024 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, el Gobierno nacional cambió el sistema de trazabilidad analógica y manual por otro individual y electrónico en bovinos, bubalinos y cérvidos.
Si bien este tema hace años que está sobre el tapete, ninguna administración se había animado a tanto. Para sorpresa de muchos, el Senasa no sólo concretó la modificación, sino que, “financiado por organismos internacionales y adquiridos a través de una licitación pública internacional, el Estado proveerá los dispositivos electrónicos a todos los productores del país hasta cubrir el stock vigente”.
¿En serio? Si: caravanas electrónicas “gratis” para todos, al menos por un año.
La implementación de este nuevo Sistema comenzará de manera gradual el 1 de marzo de 2025, a partir de cada deteste o movimiento de terneros, y se convertirá en obligatoria para todo el rodeo al 1 de julio de 2026.
El Gobierno asegura que cada productor recibirá los dispositivos electrónicos del mismo modo en que se entregan las caravanas vigentes (sin modificar el proceso de distribución), y no son pocos los empresarios que desconfían de la medida.
“Entendemos que se apunta a romper todo un entramado comercial que funciona gracias a la labor de miles de veterinarias en todo el país. Además, les abre la puerta a nuevos jugadores sin estructuras, ni soporte a campo asegurado”, le decían a MOTIVAR muchos de los que se siguen preguntando si la normativa realmente se aplicará en las condiciones mencionadas.